domingo, 14 de noviembre de 2010

Más allá de la comunicación humana: el fabuloso proyecto interplanetario Voyager.



El que una idea sea sencilla en su planteamiento no significa que su ejecución también tenga que serlo. “Una nave espacial que lleve un mensaje más allá del Sistema Solar” es algo relativamente fácil de comprender, pero la construcción del ingenio resulta algo más complicado… y el conseguir dinero para ponerlo en marcha, todavía lo es más.

Las sonda espaciales Voyager  fueron lanzadaa a principios de la década de los setenta del siglo pasado y abandonaron el Sistema Solar veintiséis años más tarde, en 2003, para realizar su viaje interestelar hacia Proxima Centauri, la estrella más próxima al sol, que se encuentra a 4,3 años luz.




Lleva consigo un mensaje del planeta Tierra ante la posibilidad de que el ingenio llegue a manos (o tentáculos, nunca se sabe) de seres extraterrestres. ¿Cómo se las arreglaron los ingenieros de la NASA para convencer al Gobierno, militares y empresarios de que aquello era una idea sensata?
Un proyecto complejo exige ser expuesto con mayor sencillez que uno sencillo. De igual forma, un proyecto sencillo hay que dotarlo con cierta complejidad para no disipar la atención de los públicos objetivo. En la exposición de un proyecto tan complejo con el del Voyager, lo primero que haríamos para mostrarnos persuasivos sería identificar mensajes-clave para cada uno de los públicos a los que nos interesa convencer. Y eso fue precisamente lo que hicieron los responsables de la promoción del proyecto.
Los ingenieros del proyecto se basaron en la idea de absorber energía de Júpiter para lanzar las naves al espacio exterior… es decir, el método que tres años antes se siguió en la película 2001 Una Odisea del Espacio. El ser humano, cuando utiliza su imaginación en lugar de la garrota es sencillamente maravilloso.
Ambas naves espaciales llevan consigo un disco de cobre con una selección de hora y media de duración de música proveniente de varias partes y culturas del mundo, saludos en 55 idiomas humanos, un saludo del Secretario General de las Naciones Unidas y una mezcla de sonidos característicos del planeta. También contiene 115 imágenes donde se explica en lenguaje científico la localización del Sistema Solar. En 2006 la sonda Voyager abandonó el Sistema Solar. Actualmente se encuentra a una distancia de 100 Unidades Astronómicas (a más de 15.000 millones de km del Sol).
Los científicos de la NASA siguen recibiendo datos de los Voyager a través de la red del espacio profundo DSN (Deep Space Network). Las señales que se envían desde MDSCC (Madrid Deep Space Comunication Complex) hasta la nave Voyager 1 tardan más de un día, a la velocidad de la luz, en ir y volver. Mientras tanto, las naves se siguen alejando, internándose en el espacio profundo. Se espera perder el contacto en algún momento a partir de los próximos cinco años.

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