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lunes, 2 de enero de 2012

Manual urgente de Seducción para principantes en tres lecciones. Lección 2

Lección 2.
La Ley de La Audacia.

Desde que  el seductor Paris dijera a Helena aquello de "Ven conmigo a Troya, cariño, porque allí nadie nos importunará", nadie hubiese podido imaginarse un acontecimiento que aunase seducción y desastre en tal medida, y así fue durante siglos hasta que Cyrus Field viniese al mundo milenios más tarde y se empeñase en tender un cable telegráfico entre Europa y América.






 El Great Eastern con el sistema de suelta de cable telegráfico que conectó Europa y América. El cable se partió, perdió e inutilizó cuatro veces a mitad de la travesía y fue necesario volver a empezar una y otra vez. Se aniquilaron bosques enteros en Suramérica para proveer el caucho aislante del cable.





Cyrus Field, promotor de la idea del tendido del cable submarino. No sabía absolutamente nada de ciencia, oceanografía, telecomunicaciones ni navegación.Tras tres intentos frustrados pareció culminarse la tarea y en Nueva York se hizo un desfile triunfal en su honor tras haberse recibido el primer mensaje desde el otro lado del Atántico enviado por la reina de Inglaterra. Multitudes en todo el planeta se vieron seducidas por el empeño, tenacidad y espíritu aventurero de aquel hombre. Pero el audaz promotor mantuvo un rostro sombrío durante todo el homenaje: sólo él sabía que el cable había vuelto a romperse  y el mensaje real no había llegado: ¡Field había suplantado a la reina de Inglaterra con un mensaje enviado desde la habitación de al lado!







Lo impresionante de esta historia no es que las multitudes volvieran a confiar en Field, sino que incluso lo volviese a hacer la mismísima reina de Inglaterra. En esta quinta ocasión se consiguió el éxito. Ello hubiese sido de todo punto imposible sin el conocimiento por parte de Field de la Segunda Lección de Seducción para Principiantes, también conocida como Ley de la Audacia, la cual se sustenta en los tres principios siguientes:



Primer principio: Es preciso elegir una víctima extremadamente difícil. Si no se tiene a la vista una Helena de Troya, hay que proponerse como objetivo la Humanidad entera, lo cual incluye a todas las reinas del planeta. La elección de una víctima fácil no sólo es inapropiado, sino que supone un insulto para la propia víctima.

Segundo principio: No se debe mostrar ningún conocimiento en especial sobre materia alguna. Field hubiese sido objeto de críticas por parte de oceanógrafos, telegrafistas y marinos si se hubiese presentado como marino, telegrafista u oceanógrafo. Los expertos resultan vulnerables por su propio entorno colegial: suscitan celos, no admiración. Estimulan la bravuconería de las víctimas, no su embobamiento, que es lo que cumple hacer a todo seductor que se tenga por medianamente experto.

Tercer principio: Para seducir siempre resulta más efectiva la improvisación, la cual es la hermana díscola de la creatividad. No hay nada más patético que ir a una entrevista en televisión y llevar unos cuantos folios con apuntes. El público cambiaría inmediatamente de canal, y con mucha razón. La improvisación sugiere vitalidad, dinamismo y seguridad, virtudes asociadas tradicionalmente a las personas duchas en el arte de la seducción. Por supuesto, en modo alguno es necesario ser vital, dinámico ni seguro. Basta con aparentarlo.

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En la siguiente publicación del Manual Urgente de Seducción para principantes en tres lecciones se impartirá la tercera y última lección, citada por algunos autores como Ley del Envoltorio Bonito, texto que deberá mantenerse fuera del alcance de los niños y de los políticos profesionales.

viernes, 10 de diciembre de 2010

Liberales y absolutistas. El Drama Español.



José María de Torrijos y Uriarte fue el líder liberal que en 1831 luchó por la reinstauración de la Constitución de Cádiz. Debido a una traición fueron capturados y pasados por las armas el 11 de diciembre de 1831 en la playa de San Andrés, Málaga.  El cuadro  de Antonio Gisbert (1888. Óleo sobre lienzo. Museo de Arte Moderno de Madrid) ofrece una sobrecogedora intensidad dramática y está considerado como  la obra cumbre del pintor.
1.- Torrijos baja la mirada contemplando los cadáveres que yacen sobre la arena. La combinación de ceño fruncido  y las cejas ligeramente en forma de V invertida, transmite compasión y sentimiento de responsabilidad por el fracaso.
2.- Francisco Fernández Golfín, ex ministro de la Guerra, en el momento en el que el fraile le venda los ojos, tiene el cuerpo ladeado, en actitud desafiante. Si se hubiese mostrado totalmente de frente estaría dando una imagen de víctima, como la mayor parte de sus compañeros, pero este anciano muestra que no estaba dispuesto a darse por vencido ni siquiera en una situación así.
3.- Manuel Flores Calderón, ex presidente de las Cortes de Sevilla. Flores advierte los sentimientos de Torrijos y su mirada refleja la admiración y respeto que profesa hacia el líder de la rebelión. Los líderes auténticos infunden estados de ánimo positivos en sus colaboradores no como resultado de una arenga o un efecto dramático puntual, sino por la acumulación de emociones verbales y no verbales a lo largo de prolongados períodos de tiempo.
4.- Juan López Pinto, coronel de artillería. Alza la mirada al cielo (típica actitud en un creyente). Muchas personas desvían los ojos hacia arriba cuando tratamos de evocar una imagen, y los movemos horizontalmente cuando queremos recordar una palabra.
5.- El oficial inglés Robert Boyd, comprometido con la causa liberal contra los absolutistas. Nótese la elegante resignación del inglés, en posición de firmes  y sin dar más señales de su estado de ánimo que con la británica contención del gesto en sus puños cerrados. Resultaría chocante que se hubiese pintado a Boyd en actitud mística y al militar español en posición de firmes; las actitudes de ambos obedecen a sus respectivos acervos culturales y tienen su origen en la educación recibida, son por lo tanto gestos aprendidos, a diferencia de los gestos innatos que compartimos prácticamente todos los seres humanos.
6.- Francisco de Borja Pardio, Comisario de Guerra. Mira hacia el suelo, lo que indicaría que se está centrando en los aspectos más físicos y materiales de la muerte.  Cuando preguntamos a alguien si tiene alguna molestia, es raro que mueva los ojos en horizontal o los alce. Aludimos con la mirada al sentido más profundo de nuestro interés, en el caso de Pardio, su propio cuerpo, al que pronto le va a faltar la vida.
7, 8 y 9.- Fijémonos en la mirada marinero catalán tocado con la barretina y en cómo censura la actitud del otro marinero que se encuentra de rodillas. Entre ambos, otro marinero espera su hora en posición de firmes, pero con las palmas de las manos dirigidas al frente: actitud valiente, sin duda, pero de vencido (a diferencia de la de Fernández Golfín).
10, 11, 12 y 13.- De nuevo el pintor nos muestra el desprecio de otro rebelde (número 12) hacia los dos personajes que se besan y abrazan en la desesperación (número 10). Los brazos cruzados, cuando se está de pie, pueden significar autoafirmación, defensa del propio criterio y bloqueo ante las iniciativas de los demás. Pero es falso que signifique inminencia de violencia física: el cuerpo se negaría a inutilizar los brazos y los puños por tratarse de importantes recursos de ataque y defensa.
14.- Oficial al mando del pelotón de fusilamiento en posición de firmes. Las organizaciones, en este caso el ejército, imponen actitudes orientadas hacia el desvanecimiento de las emociones en las personas (muchas liturgias religiosas tienen el mismo propósito). Al parecer, la última voluntad de Torrijos fue la de pedir dar él mismo la orden de fuego, deseo que le fue concedido.